COMUNIDADES EDUCADORAS:
Atención a las necesidades educativas especiales en el nivel de educación secundaria: el caso de la Escuela Secundaria Federal No. 17/USAER 75

Planteamiento del problema
La atención educativa para las personas con Necesidades Educativas Especiales (NEE) es un reto que permanece latente en el Sistema Educativo Mexicano y para el cual no existe, hasta el momento, una respuesta satisfactoria. Por un lado, los porcentajes de asistencia a la escuela de niños y adolescentes con discapacidad son limitados y decrecen con el ascenso a cada nivel educativo (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2017); y por otro, la cultura escolar aún está lejos de asumir la inclusión educativa como un principio rector de sus procesos cotidianos, incluso en los centros escolares que cuentan con servicios de apoyo.
Desde 1993, fecha en que se firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, la atención a estudiantes con NEE se realiza, principalmente, a través dos tipos de servicio, los Centros de Atención Múltiple (CAM) a los cuales asisten de forma regular y son atendidos por especialistas, y las Unidades de Servicio y Apoyo a la Educación Regular (USAER) —que atienden al 90% de los estudiantes matriculados—, en donde maestros y personal especializado acude a las escuelas regulares con objeto de apoyar y brindar herramientas para que las instituciones se conviertan en espacios inclusivos (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación [INEE], 2018).
A los CAM asisten estudiantes “con discapacidad intelectual, visual, auditiva, motriz, psicosocial, múltiple o con trastornos generalizados del desarrollo […] que requieren de apoyos permanentes y especializados” (SEB, 2018, p. 9) y ajustes significativos al currículo. Las USAER por su cuenta, están dirigidas a las escuelas de educación regular que han integrado estudiantes con “discapacidad, aptitudes sobresalientes, dificultades severas de aprendizaje, de conducta o de comunicación, o con trastornos del espectro autista” (SEB, 2018, p. 17), y con los cuales se puede trabajar mediante ajustes razonables al currículo.
Respecto a la cobertura de las USAER en el nivel educativo básico existe una deficiencia, durante el ciclo escolar 2016-2017 el 71.3% de los alumnos que asistían a estas unidades correspondieron al nivel de educación primaria, de ahí le sigue la educación preescolar (16.4%) y finalmente, y de forma muy limitada, la secundaria con un 12.3% (INEE, 2018). Lo que permite inferir que la interrupción de los estudios de estudiantes con NEE en el nivel secundaria es significativo, y que los que llegan, no cuentan con suficientes servicios de apoyo.
En Ciudad Juárez el impulso a la incorporación de las USAER al nivel de educación secundaria, se dio durante el ciclo escolar 2015-2016, a partir de la indicación del Departamento de Educación Especial —previamente sólo tres secundarias estatales contaban con el servicio de USAER—; durante este primer ciclo se trabajó en seis centros escolares federalizados.
Para las personas que conforman los equipos de la USAER este hecho significó un reto de enormes dimensiones, se enfrentaron a un contexto educativo significativamente distinto de los que histórica y normativamente estaban habituados —los documentos normativos se ubican y limitan a los niveles de preescolar y primaria—; este nuevo contexto les requirió desarrollar nuevos saberes y habilidades, y reestructurar sus procesos organizativos y de acompañamiento, además de poner en juego sus convicciones y principios educativos.
Ante este panorama, se presentan distintas interrogantes: ¿cómo ha sido la experiencia de incorporación de las USAER al nivel de educación secundaria en Ciudad Juárez?, ¿cuáles han sido los principales retos, dificultades y oposiciones que surgieron durante la incorporación de la USAER, en nuestro caso la No. 75?, ¿Qué saberes han construido las comunidades educativas durante esta experiencia?, y a partir de esto, ¿de qué manera las USAER deben adecuar su finalidad, propósitos, estrategias, operación y recursos, con objeto de responder a las condiciones de la educación secundaria? La presente investigación asume esta problemática como objeto de estudio.
Justificación
El presente proyecto se justifica a partir de tres líneas, una relacionada con la inclusión educativa como objeto de estudio, otra con la metodología de trabajo de corte participativo que se propone, y una última relacionada con los fines de la educación.
Actualmente el campo de la inclusión educativa se reconfigura priorizando ciertos conceptos que implican cambios significativos en relación con la manera en que concebimos la atención a las NEE. El concepto de Necesidades Educativas se diluye enfatizando la función de los centros escolares y su capacidad de responder a la diversidad, encarnada no únicamente en la discapacidad, sino en las diferencias de todo tipo, socioeconómicas, de raza, género, entre otras; en este orden se yergue el concepto de “barreras para el aprendizaje”; el problema no está en el alumno, sino en la incapacidad del centro escolar en responder a su diversidad.
Por otro lado, el modelo de atención a las NEE, con una antigüedad superior a las dos décadas (SEB, 2018), tuvo un periodo problemático de ajuste cuando se incorporó a la educación preescolar y primaria, conflicto que paulatinamente cedió paso a la normalización, al menos en el discurso, de la cultura de la inclusión; hoy día esas disputas se reviven entre los distintos actores educativos en relación con la ampliación de la incorporación de la Educación Especial a la secundaria. En este momento se alzan interrogantes que es necesario responder, ¿podrá el nivel de educación secundaria incorporar la cultura de la inclusión educativa, sobre todo por su dinámica escolar y educativa y su estructura curricular?; en este desafío, ¿el modelo hegemónico se sostendrá en su configuración original?, o cambiará, para abrir nuevas discusiones —y cambios— en el resto de los niveles.
Otro aspecto que resulta especialmente importante para el equipo de investigación, es el desarrollo de procesos participativos de investigación-acción, en este caso articulada con la práctica de la sistematización proveniente de la educación popular. Esta experiencia surge del acercamiento de un colectivo escolar a la universidad, con objeto de constituir una comunidad de aprendizaje que pueda reflexionar, investigar e intervenir en un espacio escolar concreto. Se considera que esta experiencia puede contribuir a la conceptualización de las “comunidades educadoras”, a partir del trabajo colectivo de actores educativos, organizaciones civiles e instituciones de educación superior.
Finalmente, nuestros esfuerzos por comprender e incidir en el campo de la inclusión educativa se inspiran en una visión, coadyuvar a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Este aspecto, independientemente de los demás, justifica que la universidad se involucre en procesos de trabajo colaborativo y participativo en torno a problemáticas comunitarias verdaderamente acuciantes, y otorga a nuestra institución la posibilidad de responder a su razón de ser.

Referentes
La inclusión educativa tiene en la integración educativa el referente inmediato anterior. La integración se definía como la incorporación de personas con NEE a la escuela regular a través de distintas estrategias; sin embargo, pese al camino andado hacia la equidad en la educación, este marco conceptual era insuficiente para palear contra las barreras para el aprendizaje y la participación de los estudiantes con NEE, que subsistían en la escuela. Moliner (2013) lo establece en los siguientes términos:
Una cuestión está bastante clara: hasta ahora la integración no parece haber transformado el sistema, ni siquiera las aulas. Muchas experiencias de integración se han quedado en una integración física, ni tan siquiera social o académica. La integración supone «meter dentro al que estaba fuera», mientras que el concepto de inclusión presupone que «todos están dentro», y esa es una diferencia fundamental. (p. 11)
La inclusión educativa se define como “un proceso a través del cual un sistema escolar, sus escuelas y aulas se transforman gradualmente de espacios segregados y excluyentes a espacios inclusivos” (SEP, 2017, p. 20); este cambio implica remover las barreras que obstaculizan la participación y el aprendizaje de todos los estudiantes, y desarrollar estrategias para responder de manera pertinente a las condiciones particulares de cada estudiante. No sólo implica integrar a los alumnos con NEE al aula, sino “identificar e intentar resolver las dificultades que se presentan en las escuelas al ofrecer una respuesta educativa pertinente a la diversidad” (SEP, 2006, p. 16).
Con objeto de hacer operativos estos principios nuestro país ha determinado una serie de leyes, reglamentaciones y orientaciones para organizar la educación especial. El artículo 41 de la Ley General de Educación establece las siguientes responsabilidades de la Educación Especial:
Tiene como propósito identificar, prevenir y eliminar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación plena y efectiva en la sociedad de las personas con discapacidad, con dificultades severas de aprendizaje, de conducta o de comunicación, así como de aquellas con aptitudes sobresalientes.
Atenderá a los educandos de manera adecuada a sus propias condiciones, estilos y ritmos de aprendizaje, en un contexto educativo incluyente, que se debe basar en los principios de respeto, equidad, no discriminación, igualdad sustantiva y perspectiva de género.
Tratándose de personas con discapacidad, con dificultades severas de aprendizaje, de conducta o de comunicación, se favorecerá su atención en los planteles de educación básica, sin que esto cancele su posibilidad de acceder a las diversas modalidades de educación especial atendiendo a sus necesidades. (SEB, 2018, p. 4)
Como previamente fue establecido, uno de los mecanismos con los que cuenta la escuela para la atención de la diversidad son las USAER, estas unidades tienen como propósito “identificar, prevenir y eliminar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación plena y efectiva en la sociedad de los niños y jóvenes con discapacidad” (INEE, 2018, p. 46), lo cual implica:
Identificar a los educandos que enfrentan Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP), a través de una evaluación inicial, y determinar qué educandos estarán sujetos a una Evaluación Psicopedagógica.
Participar en la aplicación de la Evaluación Psicopedagógica y la elaboración del informe.
Participar en el diseño del Plan de Intervención y acordar con los docentes responsables de la atención del alumno y su familia, las acciones a seguir.
[…]
Sensibilizar a la comunidad educativa de la escuela regular a fin de lograr una cultura inclusiva.
Asesorar en la implementación de estrategias, métodos y técnicas, así como el diseño y uso de materiales especializados a los docentes y padres de familia o tutores.
Acompañar al personal docente en su práctica, a través de la identificación, prevención y eliminación de las barreras que impiden o limitan el aprendizaje del alumnado con discapacidad, aptitudes sobresalientes, dificultades severas de aprendizaje, de conducta o de comunicación, o con trastornos del espectro autista.
Determinar junto con el personal docente los ajustes razonables que deben implementarse para dar respuesta a las necesidades específicas del alumnado con discapacidad, aptitudes sobresalientes, dificultades severas de aprendizaje, de conducta o de comunicación, o con trastornos del espectro autista. (Subsecretaría de Educación Básica [SEB], 2018)
Este marco conceptual se deriva, sobre todo, de una serie de acuerdos internacionales suscritos por nuestro país: la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, en 1990 Conferencia Mundial de Jomtien sobre la Educación para Todos, en 1994 la Declaración de Salamanca, el Foro Mundial sobre la Educación de Dakar en el 2000, en el 2006 la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y en el 2009 la Conferencia Mundial sobre Educación Inclusiva (Moliner, 2013).
Objetivo general
Coadyuvar con las instituciones involucradas en el desarrollo colaborativo de propuestas de intervención que permitan a la Escuela Secundaria Federal No. 17 constituirse en un centro escolar inclusivo, a partir de un proceso de sistematización encuadrado en un ejercicio de investigación-acción participativa.
Objetivo específico 1
Comprender y construir significados de relevancia sociocultural sobre la experiencia de trabajo de la USAER 75 en la Secundaria No. 17, como punto de partida para la transformación de una práctica, que derive en una mejor experiencia educativa.
Objetivo específico 2
Establecer de manera participativa pautas de trabajo para las USAER, específicas para el nivel de educación secundaria.
Objetivo específico 3
Diseñar, implementar y evaluar un proyecto de intervención a través de la metodología de marco Lógico.
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Metodología
La presente investigación se adscribe a la propuesta de investigación-acción participativa de Heron y Reason (2008), definitda como:
una forma de investigación-acción en segunda persona en la que todos los participantes trabajan juntos en un grupo de investigación como co-investigadores y co-sujetos. Todos participan en el diseño y la gestión de la investigación; todos se incorporan en la experiencia y la acción que se está explorando; todos están involucrados en tener sentido y sacar conclusiones; por lo tanto, todos los involucrados pueden tomar la iniciativa y ejercer influencia en el proceso. Esto no es investigación sobre personas o acerca de personas, sino una investigación con personas. (p. 366)
Así mismo, y como punto de partida del estudio, se desarrolla un ejercicio de sistematización, concebida como un proceso de recuperación, organización, análisis y reflexión de la información relacionada con una experiencia educativa previa, con objeto de comprenderla y de construir a partir de ésta, saberes situados y socialmente compartidos (Cifuentes, 1999).
Durante este proceso se utilizarán distintas técnicas como narrativas autobiográficas, talleres investigativos, grupos de enfoque y discusión y entrevistas a profundidad.
En relación con el diseño del proyecto, se utilizará la metodología de Marco Lógico, adaptada al fenómeno educativo (Elías, 2017). Esta herramienta proporciona pautas para el desarrollo sistemático de diagnósticos integrales y participativos como punto de partida para el diseño de proyectos holísticos que atiendan a la complejidad del problema que se presenta. Esta fase se realizará por medio de talleres investigativos con la participación de la comunidad educativa involucrada.
Referencias
Cifuentes, R. (1999). La sistematización de la práctica del trabajo social. Buenos Aires, Argentina: Lumen Hvmanitas.
Elías, J. (2017). Diseño y Planificación de Proyectos Educativos. Una Adaptación de la Metodología de Marco Lógico al Ámbito Educativo. Ciudad Juárez, México: UACJ.
Heron, J., & Reason, P. (2008). Extending Epistemology within a Co-operative Inquiry. In P. Reason, & H. Bradbury, The SAGE Handbook of Action Research. Participative Inquiry and Practice (pp. 366-380). London: Sage Publications.
INEE. (2018). Panorama Educativo en México. Indicadores del Sistema Educativo Nacional 2017. Educación Básica y Media Superior. Ciudad de México, México: INEE.
Moliner, O. (2013). Educación Inclusiva. Castellón de la Plana, España: Universitat Jaume I.
SEB. (2018). Orientaciones generales para el funcionamiento de los servicios de educación especial 2018. México.
SEP. (2006). Orientaciones generales para el funcionamiento de los servicios de educación especial. Distrito Federal, México: SEP.
SEP. (2017). Modelo Educativo. Equidad e inclusión. Ciudad de México, México: SEP.
Participantes
Equipo UACJ
Mtro. Juan Andrés Elías Hernández
Dra. Beatriz Anguiano Escobar
Dra. Diana Irasema Cervantes Arreola
Mtra. Kathya Yazmín Sánchez Pérez
Equipo Educación Especial de USAER 75
Mtra. Rosario del Socorro Ramírez Bueno
Mtro. Eugenio Rubio Ordóñez
Mtra. Claudia Patricia Arzaga Reza
Lic. Analy Chávez Lorta
Lic. Enid Gabriela Valverde Carrillo
Equipo de Secundaria Federal No. 17
Profra. Carlota Amalia Molinar Lucero
Mtra. Rosa Alvarado Sánchez
Se hace un reconocimiento especial a la comunidad de la Escuela Secundaria Federal No. 17 por su contribución al proyecto
Docentes, directivos, padres de familia y estudiantes